Cumpleaños en cuarentena

Primero fue el cumple de Nora en marzo, después el de su padre en mayo mientras estábamos confinados en casa por el estado de alarma. En aquella época nos aliviaba pensar que celebraríamos el mío en septiembre por todo lo alto, con vacaciones y viaje incluido.

Pero la realidad es caprichosa y el coronavirus también. Hoy 25 de septiembre estamos haciendo cuarentena por el positivo de una profesora del colegio, esperando a que nos llamen de Salud Pública para darnos instrucciones después de 4 días de aislamiento, en un fuego cruzado de la peor política de nuestros gobernantes y pendientes de las noticias para saber si nuestro barrio entra en los nuevas restricciones a la movilidad de una ciudad en la que se disparan los contagios.

Me pongo nostálgica y me acuerdo del día que pasé hace exactamente 11 años con Howard Rheingold, la visita al Prado, la comida y sobremesa con amigos… Vuelvo al post y veo que han desaparecido fotos que había insertado de Twitpic, o que ya no se puede reproducir una animación .swf, y acabo en la melancolía de la obsolescencia tecnológica.

Busco emociones para salir de esta situación, más allá del “tenemos suerte de no haber enfermado nadie en la familia”, y me alegra saber que hoy es el aniversario de la ratificación de los ODS, ese sueño al que nos aferramos para creer que todavía podemos construir un mundo más sostenible.

Suerte que tengo a Nora, que me llena de regalos con sus tarjetas mientras teletrabajo a su lado y solo pide paciencia para sobrellevar la situación. Mi deseo cuando sople las velas: ojalá el año próximo celebremos que, de verdad, encaminamos toda nuestra energía como sociedad para cuidar nuestra salud y la del planeta.