¿Cambiar para que nada cambie?

Texto aportado al Colaboratorio de #DesafíosComunes

Nora confinada
Mi hija Nora en su confinamiento.

Tan solo unas horas antes del cierre de los colegios en Madrid, una serie de personas nos encontrábamos en la primera sesión del seminario Experimenta Educación en Medialab-Prado Madrid, abriendo un proceso para repensar una escuela que nos diera aire, tiempo y espacio para aprender a vivir y convivir.

En esas estábamos cuando derepente el meteorito de la crisis sanitaria nos dejó el paisaje abrupto ydesolado en el que nos encontramos. Desde entonces, son varios los elementosque se han sucedido de manera atropellada a partir de un obligado homeschoolingque ha estresado al sistema sin garantías para asegurar un aprendizaje decalidad:

Teletrabajo de las familias.Padres, madres y tutores/as no solo se han visto abocados a un  teletrabajo forzoso con su correspondientecoste psicosocial, sino que también han tenido que sumar en paralelo un nuevorol para el que no se sentían preparados, ni por capacidad ni pordisponibilidad: hacer el seguimiento de las clases de los menores, organizar suagenda, explicar las materias, acompañar las prácticas…

Brecha tecnológica. Elconfinamiento masivo ha convertido en zanjas dos brechas que son fuente dedesigualdad y que afectan tanto al profesorado como a las familias: la brechade disposición tecnológica y la brecha de competencias de uso. A esto se sumala preocupación creciente por el uso abusivo de pantallas como una forma deentretener a niños y niñas en soledad (televisión, videojuegos, tablets, etc.).

Presión por el temario y laevaluación. Se ha puesto de manifiesto la tensión que genera un sistemaeducativo basado en un temario que a menudo se cuestiona como demasiado extensoy poco enfocado, así como por la de una evaluación puramente normativa sobrelos resultados de su adquisición.

Espacios informales desocialización. El cierre de los colegios ha dejado a los menores sinaquellos espacios informales de socialización que eran claves para dar aire alo disciplinar: comedores, patios, actividades extraescolares, etc.

Desigualdad social. Ademásde las brechas tecnológicas (acceso y competencia), el cierre de los colegios,el confinamiento y el parón económico asociado al mismo, han sacado a la luz lasdesigualdades sociales que existen en las familias más desfavorecidas cuyaprioridad en estos días ha sido poder cubrir las necesidades básicas.

Desaparición de los menores del espacio público. Durante más de seis semanas de estado de alarma, los menores han sido invisibles en el espacio público. Esta ausencia nos ha dejado un escenario siniestro sobre el que reflexionar y sobe el que observar las posibles consecuencias en la salud tanto física como emocional.

Un mes y medio después de nuestro encuentro en Medialab-Prado, hoy vemos cómo el fenómeno covid ha resaltado aún más las debilidades del sistema educativo y nos ha situado frente la urgencia de pensar cómo será la vida a partir de ahora, qué sociedad queremos construir y cuál debe ser el papel de la educación en ello.

Cabe preguntarse si serárealmente una oportunidad para aprender de los errores y sentar nuevas bases osi, por el contrario, la inercia nos llevará a reproducir los mismos patronesignorando las señales de su inoperancia. En cualquier caso, habrá que estarvigilantes para que no se materialice, una vez más, aquel viejo principio gatopardianodel “cambiar para que nada cambie”.