Guías para proyectos colectivos de aprendizaje informal

¿Cómo empezar a hacer un huerto urbano? ¿Sabría una escuela hacer una intervención pedagógica en el patio? ¿Hay algún método sencillo para documentar un proyecto? ¿Quién nos cuenta qué pautas conviene seguir para organizar una Asamblea?

Nada de esto se evalúa en un informe PISA, pero eso no impide que sean aprendizajes colectivos de gran valor. Llevamos mucho tiempo diciendo que lo comúnmente conocido como curricular, esa estructura disciplinar que estructura el mundo a aprender formalmente en materias como Lengua, Matemáticas, Ciencias, etc.  se nos queda corto. Por un lado, tenemos las múltiples catalogaciones de saberes necesarios para el siglo XXI más centrado en competencias que en contenidos: aprender a aprender, pensamiento crítico, trabajo colectivo, etc. Y por otro, un movimiento que nos invita a explorar los saberes propios de la calle, del aprendizaje informal, de lo experiencias, de lo contextual y de lo urbano, ya sea bajo el liderazgo de laboratorios ciudadanos o en ámbitos autoorganizados. Ahí se enmarca el esfuerzo de conceptualización que Antonio Lafuente, gran pensador y para mi suerte también amigo, lleva años haciendo en este terreno (aquí ya escribimos algo en esa línea).

Lo más interesante de su trabajo no es solo la capacidad para poner en palabras y crear imaginarios colectivos que nos ayuden a visualizar ese otro mundo más abierto, social y conectado, sino su implicación en las cosas del hacer: asumiendo el esfuerzo de llevar la teoría a la práctica y de conectar el Aula con el Mundo.

Llegó el momento del CÓMO: Guías para pasar a la Acción

En La Aventura de Aprender hace tiempo que nos enamoramos de los proyectos en vídeos de experiencias que resultaban especialmente inspiradoras. Pero faltaba un paso más: destilar sus métodos, descifrar su código fuente, extraer su aprendizaje más tácito para consolidar su conocimiento y construir manuales que sirvieran para replicar sus hallazgos. Pura ciencia ciudadana en marcha.

Para ello nacen estas guías, que bajo la didáctica del CÓMO nos enseñan a hacer un huerto urbano, a diseñar un paseo antropológico por la ciudad o a montar un banco de semillas. Y nadie mejor para contarnos cómo hacerlo que los expertos de cada ámbito. Así colectivos como Zemos98, Basurama o y ColaBoraBora, entre muchos otros, han hecho un ejercicio de introspección para aprender de sus propias prácticas y de forma generosa definir un método para que otros puedan copiar sus recetas y con ello seguir construyendo conocimiento compartido.