Escuelas Creativas con Ferrán Adriá y Fundación Telefónica

No es agosto el mejor mes para que se lea el blog, pero he podido aprovechar una siesta de Nora para escribir un post que tengo pendiente desde hace dos meses (la crianza es maravillosa, pero difícil de conciliar con esta actividad por el momento…)

Escuelas Creativas
Visita a elBulliLab en junio de 2016. Proyecto Escuelas Creativas, Fundación Telefónica

Dos meses hace que visité elBulliLab invitada por Fundación Telefónica para conocer de cerca el método de trabajo e investigación de Ferrán Adriá. La reunión con varios expertos del mundo de la educación y la innovación tenía como objetivo intercambiar impresiones para el proyecto de Escuelas Creativas que esta Fundación está liderando con Adriá y su equipo. Después del éxito de la exposición Manos a la obra, preguntarse cómo se podía mejorar la educación a través de la innovación y la creatividad era obligado. Y qué podía aportar la metodología de experimentación, conocimiento y creación de El Bulli era el reto a perseguir. De ahí surgió un grupo de trabajo que está indagando precisamente en esa dirección y que cuenta con buenos amigos de  Aulablog que son una garantía para hacer esta compleja traslación de mundos.

La visita de junio fue sumamente inspiradora, aunque difícil de plasmar en un post. En primer lugar, el espacio y los integrantes. Me impresionó ver a tanta gente joven trabajando en silencio, cada uno en su mesa, en un espacio lleno de post-its y de work in progress. Un escenario donde se podría presumir un bullicio de corrillos propios del entorno design thinking. Sin embargo, la especialización, la concentración y la minuciosidad pronto se atisban como claves importantes de su método de trabajo.

Un método que Adriá denomina Sapiens y que tiene la esencia socrática de partir siempre de preguntas que cuestionan todo hasta la extenuación y de obsesionarse por un orden cartesiano que debe colocar las respuestas, cuando brotan, en un lugar determinado y ya indiscutible después de haber superado tantas pruebas de fuego de la duda constante. Tan simple y tan complejo como suena, pero que sostiene y dirige los proyectos que Adriá está llevando a cabo en grandes intentos por cartografiar los distintos universos, en su caso, la gastronomía.

Si bien aún no alcanzo a ver Sapiens como un método que se pueda transportar fácilmente a la educación, sí me gustaría añadir algunos elementos puntuales que me parece que pueden ser útiles para este campo y a los que Adriá da una gran importancia en su proceso de innovación y creatividad:

  • Buscar siempre el orden.
  • Evitar la rutina. Modificar el espacio físico con frecuencia
  • Cultivar la disciplina.
  • Crear un parte de trabajo diario con lo avanzado.
  • Estructurar con esmero las herramientas, las técnicas y las elaboraciones. Se da prioridad a los procesos.
  • Análisis y reflexión periódica. Evaluación constante.
  • Distinguir los tiempos, escenarios y necesidades concretas entre el Antes (preparación, cocina) y el Durante (tiempo con el público, momento más performativo, salón).
  • Afán por la documentación gráfica exhaustiva de los procesos. Contar lo hecho es fundamental. Contar y contarse es una forma de aprender sobre lo caminado. Todo debe tener su prueba gráfica, su testigo documental.
  • Generosidad. Compartir y compartir lo creado, reflexionado, mejorado, aprendido, etc.

Por supuesto, Ferrán Adriá habla durante todo el tiempo de la cocina, que es el mundo que conoce y que sigue explorando. El desafío es de todos nosotros, dudando de su propio método para ponerlo a prueba y concluir si esa manera de innovar puede ayudarnos a pensar la educación de una forma diferente y más creativa.

El proyecto Escuelas Creativas sigue adelante con una serie de hitos que persiguen este objetivo durante este año y el siguiente. En Fundación Telefónica se pueden seguir todas estas etapas, que incluyen una convocatoria abierta de centros innovadores que quieran sumarse a experimentar con estas metodologías.