INprendedores de la educación: hackers, termitas y células

Este artículo forma parte del libro colectivo INprendedores: experiencias y reflexiones sobre el arte del intraemprendizaje dentro de las organizaciones (Cap. 14, PDF en Savia) que presentamos el próximo martes 15 de marzo en EOI con varios de sus autores. El acto es abierto al público, pero sólo los asistentes registrados dispondrán de un ejemplar en papel, así que no olvidéis apuntaros AQUÍ!!!  Os esperamos

INprender en el mundo educativo: abriendo procesos, prácticas y resultados. Tíscar Lara

Se habla mucho del nativo digital, de la visión de los estudiantes de hoy, de la necesidad del profesor de adaptarse a las nuevas tecnologías, de repensar su rol en la educación, etc… pero poco de aquellos profesores INprendedores que con tecnología low-tech abren el camino para quienes vienen detrás, en un trabajo silencioso, sin prisa pero sin pausa, que en su avance va transformando el sistema educativo desde dentro.

Ser digital se corresponde con una cultura abierta a la conversación, al aprendizaje permanente, a la libre circulación de ideas y a la construcción colectiva de conocimiento. En este sentido, hay profesores de los llamados “inmigrantes” por generación que son mucho más digitales que sus alumnos más jóvenes. El profesor INprendedor ya lo era antes de internet pues es parte de su forma de entender la educación, abriendo senderos y buscando más preguntas que respuestas. Antes, los medios eran limitados y el horizonte se dibujaba en la proximidad, en los compañeros de claustro, en las revistas educativas y en los congresos de profesorado. Con internet, sus capacidades de compartir experiencias y aprender de sus iguales, en un verdadero proceso p2p, se expande sin límites geográficos o temporales. Internet es la escuela globlal, el claustro global, el laboratorio global.

1. ¿Por qué son INprendedores?

En este libro hemos aprendido que INprender no depende de una gran empresa u organización. INprender es una actitud de mejora, de motivación por cambiar las cosas desde dentro, de modificar el entorno más próximo desde el contagio del entusiasmo, de crear nuevos escenarios desde visiones comprometidas, de no esperar las soluciones desde fuera, sino de responder con un “qué puedo hacer yo por ello” y ponerse manos a la obra desde la intuición y el entusiasmo.

Son INprendedores porque lo hacen desde el corazón del sistema, a pie de aula. Son profesores que por el día se esfuerzan por motivar a sus compañeros en el claustro, por influir siempre que es posible en las decisiones tecnológicas de sus centros y por mostrar a la comunidad educativa las buenas prácticas realizadas con sus alumnos. Son aprendices que por la noche escriben en sus blogs, producen contenidos y participan en comunidades de práctica con otros maestros ávidos de nuevos conocimientos.

Son subversivos en sus propias prácticas, aunque no sea su principal objetivo ni sean conscientes de ello. Los profesores INprendedores están centrados en aprender más y mejor para enseñar más y mejor. La revolución no es lo suyo, pero la provocan sin darse cuenta. De una manera silenciosa y reposada cuestionan el sistema educativo tradicional y proponen alternativas al modelo. No necesitan esperar a que sus empresas, sean públicas o privadas, les doten de plataformas digitales o tecnologías de consumo. Porque cuando llegan, llegan tarde y ya son irrelevantes. No quieren esperar y tienen medios a su alcance para INprender. Prefieren mirarse en los bolsillos, desempolvar carpetas y hacen usos creativos con lo que tienen. La web 2.0 o tecnología de lecto-escritura low cost, donde forma y contenido se disocian, donde muere el software complejo de edición local y se impone la gestión en la nube, les ha permitido hackear el sistema educativo.

Blogger, Wikispaces, Slideshare, Gmail, Gdocs, Gsites, YouTube, Ning, etc. son sus armas. Y son legión porque no están solos, porque gracias a la visibilidad de internet y a tener una voz pública en esas plataformas, se identifican, conectan, comparten y se transforman a sí mismos, cambiando su método educativo en el proceso. Son hackers que creen en otra educación posible y que sencillamente la crean al practicarla.

Son profesores que sin conocimientos de informática se miran en el espejo del software libre, de igual forma que adoptan como suyas las licencias de Creative Commons sin apenas conocimientos de legislación. No saben de otras disciplinas, pero se aproximan a ellas y aprenden fácilmente cuando se reconocen en códigos comunes. Son las termitas de las viejas instituciones y al mismo tiempo las células que construyen el tejido de las nuevas, aquellas que empiezan a nacer de nuevas estructuras de legitimación donde el valor de compartir conocimiento es un factor clave. Los profesores INprendedores son parte del cambio y el cambio es, en gran medida, gracias a ellos.

Cómo reconocer a un profesor inprendedor

  • 1. Emplea tecnologías sencillas low-tech, disponibles en plataformas gratuitas que facilitan la autoría personal, la gestión de comunicación y la producción documental.
  • 2. Utiliza internet como medio natural para la publicación de sus contenidos y la difusión entre un público potencialmente masivo.
  • 3. Disfruta del placer de aprender y compartir la experiencia de descubrir nuevas aplicaciones para mejorar su docencia.
  • 4. Convive con la imperfección, la tolera y la integra como parte del proceso de aprendizaje digital. Se desenvuelve en los entornos beta y, a pesar de haber sido formado para tener las respuestas perfectas, ahora disfruta también explorando nuevas preguntas.
  • 5. Invierte su tiempo“libre” en aprender de una manera“libre”. Su proceso de aprendizaje es un proceso de enseñanza para otros, pues documenta sus avances y los comparte en público para la “libre” consulta de otras personas.
  • 6. Contagia entusiasmo y motiva a los iniciados. No se deja arrastrar por la cultura del lamento de sus compañeros de profesión, reacios y resistentes a la incorporación de la competencia digital.
  • 7. Se muestra abierto a colaborar en proyectos donde pueda aportar y aprender al mismo tiempo.
  • 8. Construye su identidad digital desde lo personal y aportando su conocimiento profesional. Está en la mayor parte de las redes, las prueba, las explora y las utiliza con estrategia para conectar con otras personas, conversar y compartir conocimiento.

Comparten su aprendizaje dentro y fuera de su entorno profesional. Comprenden la educación desde una cosmovisión donde no son los únicos ni los principales actores en relación. El aula es global y sus alumnos están también más allá de la clase, es la sociedad-red en su conjunto en un pupitre virtual donde quién aprende y quién enseña se sientan indistintamente a ambos lados de la mesa.

Los profesores INprendedores son aprendices 2.0 en sí mismos, aprenden de otros y con otros, en red y en la red. Aprenden fuera de los cursos reglados y no tienen forma de acreditar sus avances, pero eso no les impide seguir creando, probando, experimentando, narrando, etc. Son creativos en buscar y movilizar recursos, en crear prototipos rápidos y útiles, ya sean en forma de manuales, presentaciones, posts, etc. Producen, comparten y conversan en un ciclo constante. Suben y bajan de la red con agilidad atlética.

Son un referente entre sus iguales, pero invisibles a sus superiores. Los sistemas formales de reconocimiento profesional no tienen la agudeza ni la flexibilidad suficiente para acreditar el valor del retorno de su INprendizaje en el sistema. Y cuando lo hacen, suelen llegar tarde, para la foto.

Son solidarios y generosos, han adoptado la cultura de documentación de los procesos y explicitan sus prácticas para ayudar a compartir los resultados. Se esfuerzan en producir manuales, por hacer evidentes sus vías de información y por hacerse accesibles al contacto con otras personas en las redes. Han encontrado la fuerza en la esencia del concepto “enseñar” por cuanto implica de “mostrar”, de ser abiertos y transparentes en sus metodologías.

Muestran sus cartas en público, con humildad y con autoafirmación al mismo tiempo. Construyen su autoestima profesional desde la voluntad de ser útiles, conocedores de que no son los que más saben de su materia, pero tampoco los que menos. Dejan cualquier conato de prepotencia o complejo a un lado y abren sus contenidos con la intención de que sean aprovechados por otros, de que se puedan construir sobre ellos y mejorarlos en lo posible.

Los profesores INprendedores se acaban conociendo online y organizando en comunidades de práctica. Crean sus propios eventos presenciales y ofrecen cursos gratuitos para enseñar a los que no saben, para atraer a los iniciados y para contagiar al resto de la comunidad educativa.

2. ¿Quién INprende en el sector de la educación?

Si llegados hasta aquí alguien desconfía de su existencia, no tiene más que mirar a su alrededor. No le costará demasiado encontrar uno de estos INprendedores en su entorno más próximo. Nos rodean, aunque a veces nos resulten invisibles. Pero son y están. Yo he conocido muchos en estos años y ellos son parte de la garantía del cambio en la educación. Desde los maestros de Aulablog, con Charo Fernández, Lourdes Barroso, José Cuerva, Ángel Puente, Isidro Vidal, Víctor Cuevas,… a los miembros de Espiral liderados por Juanmi Muñoz.

Muchos de ellos han llegado a puestos de responsabilidad en la Administración y me consta que están aplicando la cultura aprendida en la red a la gestión de sus proyectos (desde liberar los cursos con licencias CC hasta producir repositorios de recursos compartidos).

Hasta el momento hemos hablado de profesores INprendedores, pero también hay investigadores que desafían el status-quo con sus prácticas desde dentro, poniendo en valor el saber profano y reconociendo la ciencia ciudadana. Abren sus procesos y sus resultados, construyendo prototipos del pensamiento para ser rápidamente sometidos a la prueba social y a la discusión pública. Trabajan sin descanso para mantenerse en el difícil equilibrio entre su dedicación a los sistemas de evaluación tradicional y su aportación abierta y libre en la red.

Son investigadores que se sienten más cómodos escribiendo para publicaciones de Open Access que sufriendo los embargos editoriales de las revistas de impacto, lo que les lleva a lidiar con la tensión de tener que cumplir un sistema de evaluación formal frente a su deseo de dar mayor visibilidad a su trabajo. Son investigadores que entienden que la mejor manera de proteger el conocimiento es abrirlo, donarlo y compartirlo. Son agentes activos del procomún.

Una mirada rápida sobre nuestras universidades y centros de investigación nos devuelve una buena muestra de estos INprendedores, entre ellos Jordi Adell en Castellón, Alejandro Piscitelli en Buenos Aires, Sonia Blanco en Málaga, Daniel Martí en Vigo, José Luis Orihuela en Navarra, José Luis Molinuevo en Salamanca, Antonio Rodríguez de las Heras en Madrid, Cristóbal Cobo en México, Fernando Tricas en Zaragoza, Ismael Peña-López en Barcelona, Juan Julián Merelo en Granada, Antonio Lafuente en el CSIC, Juan Freire en A Coruña o el recientemente fallecido José Luis Brea, uno de los primeros en colgar sus libros en PDF en su web. Son profesores e investigadores a quienes no hay que rogar “las diapositivas” tras la clase o la conferencia, porque toda su producción y su pensamiento están online y en abierto, porque es su razón de ser natural, porque es donde respiran y crecen.

Pero no debemos cerrar este capítulo con la idea de que profesores e investigadores son los únicos que emprenden desde dentro del sistema educativo. Cada vez hay más alumnos INprendedores que, fuera de los sistemas formales de educación, buscan activamente en internet los contenidos, los profesores y los compañeros para construir su propio proceso de aprendizaje en lo que se conocen como proyectos p2p (entre pares), DIY (do it together) o DIWO (do it with others).

Como también hay instituciones INprendedoras con visión de futuro que arriesgan con políticas educativas de transformación social favoreciendo con ello la aceleración del cambio. No es casualidad que hayan sido grandes instituciones quienes han servido de modelo a tantas otras que se han visto legitimadas al imitarlas. Podemos reconocer entre ellas la Universidad de Harvard con su declaración pro Open Acess, el centro MIT con su proyecto de OpenCourseWare o el Max Planck alemán impulsando la Declaración de Berlín. Son instituciones conscientes de su responsabilidad pública en liderar procesos de innovación educativa y ponen su autoridad al servicio del desarrollo de estos proyectos.

Desde un entorno más próximo, el Plan Estratégico (PDF) de la Escuela de Organización Industrial en España construye un modelo de educación abierta, digital y colaborativa para favorecer las condiciones de un ecosistema de innovación creativa donde investigadores, profesores y alumnos disfrutan del placer de Aprender, INprender y EMprender juntos. Es un proyecto tan nuestro como vuestro. Estáis invitados.