De la web catálogo a la web social
¿Es posible definir la evolución de internet de los últimos diez años en tan solo 140 palabras?
Difícil pero no imposible. Si somos capaces de expresar qué está pasando en 140 caracteres, también deberíamos serlo bajo el número mágico de twitter derramado en dos párrafos.
Este es el reto que nos marcó la Fundación Orange hace unos meses a 100 personas de distintos ámbitos profesionales y que colectivamente se acaba de publicar ahora en el documento eEspaña 2010.
Aquí mis 140 palabras para reflejar 3652 días que cambiaron el mundo. 140 palabras para hablar del paso de la web como catálogo a la web social, de leer a escribir, de consumir a producir, de ser espectador a ser actor, un desafío radical a los modelos de comunicación e intermediación que modificará nuestras vidas irremediablemente:
De la web como catálogo a la web social
La evolución de Internet hacia la web social o web de lecto-escritura es probablemente uno de los avances más importantes de la última década en el desarrollo de la Sociedad de la Información. En el año 2000 las tecnologías de blogs y wikis apenas eran un prototipo y nada hacía soñar con la web 2.0 actual. En aquel tiempo, el usuario medio estaba limitado a la comunicación más privada y personal (mail, chats, etc.) mientras que las webs públicas eran cosa de grandes instituciones, marcas o medios de comunicación. Hace diez años, una mirada al mundo digital reproducía el mismo esquema comunicativo de la industria cultural analógica: unidireccional y escasamente participativa.
Ahora, con la llegada de las tecnologías de autopublicación de la web de lecto-escritura, gratuitas, móviles y sencillas de usar, millones de personas han tenido la oportunidad de participar con su discurso en la gran narrativa de Internet, haciendo de su propia historia una historia colectiva. Una década después, el ciudadano tiene a su alcance los medios para intervenir en el acontecer periodístico, para enseñar y aprender de otros, para colaborar en red sin distancias, para compartir conocimiento y para construir una sociedad más justa. Y todo pasa por Internet.
TÍSCAR LARA, Página 177 (pdf)