Arqueología vital para nuevas etapas profesionales

El uno de octubre cerré una etapa profesional como profesora en la Universidad Carlos III de Madrid. Han sido cinco años clave en mi carrera para aprender a desaprender, para enseñar lo poco que sabía (enseñar en el sentido más amplio de mostrar) y para crecer siendo pequeña.

En este tiempo me han salido las primeras canas, han nacido los primeros hijos de los amigos y he empezado a ver a mis alumnos en la tele, contándome las noticias mucho mejor de lo pudiéramos soñar desde el aula. Me he hecho mayor, sin duda.

Estrené la treintena en la Charly con el blog puesto y aquí seguimos con su compañía, el objeto más preciado de mi caja de mudanzas. Es hora de mirar atrás y hacer arqueología vital. De creer que hemos hecho algo en este tiempo y de recoger un mosaico de eso que llaman hoja de vida (beta, por supuesto).

A partir de ahora mis energías profesionales, y personales porque no sé distinguir, están concentradas en el proyecto de Cultura Digital de la Escuela de Organización Industrial, el lugar donde quiero ser y estar en el siguiente tramo del camino, el lugar donde seguir trabajando por la comunicación y la educación en la era digital.

Escribo este post al mediodía entre un sandwich y una coca cola, que es el modo más trivial de no caer en demasiados sentimentalismos. Así que corto y cambio. Gracias por la compañía en estos cinco años. Seguimos caminando, nos vemos en el sendero.

Fuente de las fotos: Analógica y Karramarro en Flickr.