Cerebros analógicos para vidas digitales

La competencia digital no reside tanto en las manos como en el cerebro. La parte más instrumental, de manejo de dispositivos, ratones y teclas, es probablemente la menos importante y la que más fácilmente se adquiere. Por el contrario, el componente cognitivo de la competencia digital requiere de procesos más complejos para filtrar, procesar y elaborar información, así como para la expresión y la comunicación en los diversos ámbitos de la vida. Y la vida es digital.

Pero ¿y nuestro cerebro? ¿qué tiene de digital? ¿cómo lo modifica lo digital? Lo que parece claro es que el procesamiento de información y la memoria son dos funciones clave del cerebro que se ven modificadas según los estímulos y datos del exterior. Y el exterior ya no es como era.  Miguel Merchán, director del Instituto de Neurociencias de Castilla y León, parte de esa idea en su artículo Mundo digital… ¿un cerebro nuevo? para hablar de la plasticidad de nuestro cerebro en su artículo publicado en el Foro de Debate CITA. Extraigo algunos párrafos:

[…] sabemos que el sistema nervioso genera más cambios cuanto más y más compleja y variada es la forma de estimulación, pero también cuanto más procesamiento se requiera. Por ello, al menos en términos de elaboración cortical, parece claro que el sistema nervioso de un niño nacido en nuestro tiempo debe desarrollar mecanismos plásticos diferentes y, en todo caso, posiblemente más abundantes que los nacidos en épocas anteriores […]

[…] podríamos concluir que la permanencia de los más jóvenes en un medio de estimulación sensorial más intenso y variado debería, en teoría, inducir diferencias estables en el cerebro del adulto. Por otro lado, y dada no sólo la abundancia de información, sino el esfuerzo intelectivo, que representa el mayor almacenamiento y la mas rápida utilización de las bases de memoria, deberíamos esperar que las diferencias en los cambios plásticos durante el desarrollo también fueran patentes en la plasticidad del adulto. Si esta nueva situación representa un cambio evolutivo en la especie humana o si el resultado del proceso redunda en una mayor o menor capacidad intelectiva serán argumentos a desarrollar en otras ocasiones […]

Recomiendo además la rica producción que se destila de la Conferencia sobre eCompetencias del pasado viernes, donde también Alejandro Pisanty trató el tema del cerebro, y el post de La Mirada Pedagógica con el que me crucé en un momento telepático.