Edublogs en Espiral, reflexiones y emociones deshilvanadas

Hacía años que no iba a Barcelona y este viaje no pudo ser más intenso en emociones. Disfruté de encuentros con viejos amigos preblog y uno postblog que siempre me ayuda a (re)pensar(me) en esto del bloguerío. Estaba allí gracias a la amable invitación de Espiral a participar en sus Jornadas, donde pude compartir en voz alta reflexiones sobre blogs y educación entre conversos a la causa (ahorrándome así el discurso blogevangelizador).

En el avión iba intentando volver sobre mis palabras (que siempre me parecen deshilvanadas) para continuar aquí este pequeño patchwork de ideas:

El currículo oculto del blog. Blogs como texto y pretexto para la alfabetización digital, para leer y escribir desde un sentido crítico el mundo que vivimos y en que vivimos.

La necesidad de trascender el blog. Una vez llegados a cierto grado de experimentación, nos encontramos en una etapa de reflexión crítica sobre sus usos, alcances y limitaciones. Algo que no se debe ver como un fracaso del mismo, sino muy al contrario como una fase natural de apropiación de la herramienta que nos lleva a exprimirla, replantearla y superarla. A buscar sus complementos. A construir desde los conceptos de integración y agregación con RSS, wikis, etc., como efectivamente ya está ocurriendo y se pudo ver en algunos de los proyectos allí presentados.

Lo 2.0 como actitud frente al cambio. La metáfora del peregrino digital para simbolizar nuevas formas de aprender/enseñar: un camino personal, con un destino claro y múltiples caminos por escoger, con compañías de apoyo, con mochilas básicas e ilusión por lo desconocido. Y con otro matiz que añadió Lu: los albergues como lugares donde se nos espera y somos bienvenidos sin jerarquías.

Y más retales con los que vengo:

El encanto de la comunidad educativa y su pasión por compartir, colaborar y aprender. Algo que me impactó en Roa y que sigue maravillándome.

La necesidad de darle un mayor reconocimiento y espacio a lo emocional como una parte fundamental de la educación y, con ello, de su relación con la tecnología. Suena a evidencia pero me apetece ponerlo en palabras (Juanmi se me ha adelantado en tan buena sintonía). Siempre he echado de menos una mayor reflexión desde lo emocional en el uso de las nuevas tecnologías. Hablamos de herramientas y medios sociales, comunicativos, etc. pero nos dejamos el porqué de que sean sociales: y eso lo ponemos las personas con nuestra experiencia vital, con sentimientos, emociones y sensaciones que nos mantienen unidos a las máquinas para llegar a través de ellas a otras personas. Ciertamente lo emocional acaba supurando entre pequeñas rendijas de los adoquines. Así todos recordamos con ternura el momento en el que Lu se emocionaba al hablar de su experiencia de aprendizaje en el blog (poniendo en lágrimas valientes latidos compartidos). O cuando los autores del blog de enseñanza de italiano nos mostraban su receta para enseñar: el deseo. Certo! No hay mejor estímulo que el contagio de la pasión (vale también para las TIC). Como cuando los niños pequeños están deseando aprender a leer para entrar en las historias de esos cuentos en los que sólo ven dibujos.

Tengo la intuición de que muchos de los apasionados con los blogs (entiéndanse a modo de metonimia 2.0) ya los conocían antes de descubrirlos, al menos en el sentido de necesitarlos, de estar predispuestos a ver sus posibilidades como espacio de publicación y relación personal. Porque no se descubre lo que uno no está capacitado para ver. Por eso cada vez me interesa más la persona, qué hay detrás del blog. En definitiva, ¿qué hacías tú cuando el blog entró en tu vida?… Demasiado denso para seguir con este post antes de que me asalte de nuevo el momento friki que tuve con aquello de hemos venido aquí agregados y yo soy mi feed (seguro que Adolfo dará buena cuenta de ello 🙂

Así que, ¿para cuándo un congreso/encuentro/reunión/meme/jornada/o whatever sobre Tecnología, Educación y Emoción?… porque, señores, al fin y al cabo es de lo que va todo esto.

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