Alfabetización Digital, una asignatura pendiente

Decía el sábado el antropólogo Marc Augé que la imagen puede ser el nuevo opio del pueblo y abogaba por la pedagogía crítica de la comunicación audiovisual:

Los medios de comunicación deben ser objeto de educación, no sólo un canal de información. Sólo entiendes la manipulación de las imágenes al hacer una película. Hay que aprender a leer y a escribir y también a leer y a hacer imágenes

La necesidad de la alfabetización audiovisual, una disciplina con décadas de esfuerzos e iniciativas ignoradas por los planes de estudio, recobra hoy mayor sentido dentro del entorno digital (pdf). Así, una reciente Recomendación Europea (pdf) destaca la competencia digital como una de las ocho competencias básicas para el aprendizaje a lo largo de toda la vida. Su contenido incluye:

La capacidad de buscar, obtener y tratar información, así como de utilizarla de manera crítica y sistemática, evaluando su pertinencia y diferenciando entre información real y virtual, pero reconociendo al mismo tiempo los vínculos. Las personas deben ser capaces de utilizar herramientas para producir, presentar y comprender información compleja y tener la habilidad necesaria para acceder a ser vicios basados en Internet, buscarlos y utilizarlos, pero también deben saber cómo utilizar las TSI en apoyo del pensamiento crítico, la creatividad y la innovación.


¿A quiénes compete esta enseñanza?

Su necesidad parece obvia, pero sucede que los grandes discursos se acaban perdiendo por el camino. En España, los nuevos currículos caminan en la dirección contraria: aunque la competencia digital está recogida en el Decreto de enseñanzas mínimas de la ESO (pdf) como aprendizaje básico e imprescindible, la instrumentación real para la aplicación de esa materia contradice su animoso espíritu. Lejos de abrir espacios propios para ser impartida, tiende a reducir las asignaturas en las que convivía de forma parasitaria (como en educación plástica y visual y filosofía, ambas arrinconadas en los nuevos currículos) y deja su cometido a la vaguedad de la transversalidad que tan poco eficaz ha resultado hasta ahora. También está por ver qué lugar podría mendigar en la tan discutida Educación para la Ciudadanía, en lo que no dejaría de ser una solución difusa para una materia que sigue sin encontrar su sitio en la educación básica.


La alfabetización digital es algo más que ratones y teclas

Habrá quien diga que es suficiente con las asignaturas de Informática e incurrirá en un grave error. Identificar “alfabetización digital” sólo con la parte instrumental (imprescindible pero no suficiente) deja fuera la dimensión analítica y la expresión creativa básicas en el uso de todo lenguaje como instrumento de comunicación humana. Cuando veo que se niega esta perspectiva al utilizar el concepto de “alfabetización digital”, ya sea en diseños curriculares, organización de congresos o artículos de prensa, me echo a temblar.

El pueblo alfabetizado siempre fue una amenaza revolucionaria. Puestos a pensar mal ¿será que a los Estados no les interesa tener ciudadanos críticos y con competencias comunicativas básicas para participar de la vida pública? Quizás esto explique tantos años sin abordar desde la enseñanza formal el uso crítico, libre y responsable de la comunicación audiovisual. Nos ha pillado el tren digital y la asignatura sigue aún pendiente.

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