Qué hay de conversación en los blogs

El título del evento Blogs. La Conversación fue un acierto. No por preciso, pero sí como generador de debate. Iñigo Sáenz de Ugarte ya lanzó el tema con lo de la Santísima Trinidad y Josu Mezo lo continuó reflexionando sobre el propio concepto de “conversación”: los blogs no son el formato más adecuado para conversar.

Actualización 22-10-06: Por aquí un interesante hilo de hace unas semanas sobre el tema y un curioso símil espacial que hace Julen con habitaciones, ventanas y paredes y también jerárquico con reyes y vasallos. Hinco el diente como él sugiere y extraigo también el comentario de José Ángel y su defensa del blog como magnífico instrumento de conversaciones.

No creo que la característica fundamental de los blogs, que haya favorecido su éxito y difusión, sea tanto su capacidad conversadora como el hecho de que sean instrumentos fáciles de construcción de identidad, un lugar de referencia, una coordenada específica desde la que tener una voz propia y personal. Se dice que hay mucho de ego en la razón última del discurrir del blog y probablemente sea así (yo incluso hablaba de onanomedios jugando a nuevos términos).

En el blog prima más, a mi modo de ver, el concepto de autoría y construcción de identidad personal desde la que reconocer y ser reconocidos por otros con intereses comunes con los que poder iniciar conversaciones. Conversaciones que pueden transcurrir o no a través de posts cruzados o comentarios en los blogs, pero también conversaciones que trascienden el propio formato y generan relaciones fuera del blog (B&B, libros colectivos, activismo, etc.).

Por tanto, veo el blog como un medio de inicio de conversaciones e invitación a las mismas. A quiénes y cómo: a sus lectores reales o potenciales en los comentarios o en posibles nuevos posts de esos mismos lectores en sus blogs, pero también -y más eficazmente- mediante los hiperenlaces a quienes cita y notifica automáticamente mediante los pings.

Los comentarios en los blogs son acumulativos y parecen ir destinados al autor y, como mucho al lector que venga detrás, pero sin mucha garantía de que el anterior vuelva a pasar por allí a ver qué dijeron los demás. En este sentido, y salvando las diferencias, me recuerda un poco a los mensajes en las puertas de los baños (de la facultad o de los bares). Un lugar público y privado al mismo tiempo, un lugar de paso, donde alguien plasma un comentario y se van acumulando otras aportaciones (anónimas o identificadas dejando el móvil a modo de firma y localización). En el caso de los blogs, quien no está de paso es el autor, que siempre puede escuchar a todos pero ¿es el comentario la mejor forma de comunicación para la respuesta? ¿qué posibilidades hay de que si contesta en los comentarios a alguien éste se dé por enterado?

Por ejemplo, yo acabo de contestar a un comentario de Adolfo en el post anterior, pero me temo que será más fácil y probable que acuda por este trackback que le lanzo a que se pase por allí de forma espontánea. Breiko, breiko…

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