La lectura crítica en internet

En el encuentro sobre Blogs y Libros del pasado viernes se debatieron numerosos aspectos que se ven afectados por el nuevo entorno tecnosocial (nota de prensa). Uno de ellos y particularmente el que más me preocupa, tiene que ver con las nuevas formas de lecto-escritura y la necesidad de una educación multimedia integral de la persona (también tratado por Manuel Bragado).

Esta reivindicación no es nueva aunque surja cada cierto tiempo con distintos nombres: media literacy, alfabetización digital o multimedia, literacidad crítica, educomunicación, alfabetización o educación en medios, etc. Todos ellos comparten un enfoque que supera lo meramente instrumental (y que yo suelo llamar cacharreo) para hacer énfasis en la actitud crítica y reflexiva para el manejo, comprensión y revisión de los códigos.

La literacidad crítica, alfabetización multimedia o como queramos llamarlo es hoy más necesaria que nunca. Recoge lenguajes existentes (textual, audiovisual, etc.) y crea otros nuevos a través de la interactividad, la hipertextualidad y la multimedialidad. No se trata sólo de aprender a leer, sino de “leer entre líneas” y ser capaces de escribir/producir de forma libre y responsable. En un espacio donde la sobreabundancia de información nos abruma y la atención es escasa, es crucial que los ciudadanos tengan las capacidades suficientes como para navegar en aguas inciertas, leer y escribir críticamente, distinguir información de opinión y propaganda, identificar las manipulaciones y expresarse en libertad.

Alfonso Gutiérrez Martín, en su libro Alfabetización digital. Algo más que ratones y teclas, lo define así:

“No se trata tan sólo de aprender a leer y escribir multimedia, sino de desarrollar las aptitudes necesarias para disfrutar leyendo y escribiendo, para interpretar de manera crítica y productiva el sentido de lo que se lee, y para ejercer plenamente el derecho a recibir, producir y transmitir información multimedia”

Bragado, recogiendo el concepto de literacidad crítica de Daniel Cassany, lo amplía un poco más:

“Ler na Rede semella un proceso doado mais esixe dominar técnicas lectoras, informáticas e documentalistas: acertar coas palabras clave de busca, empregar as utilidades dos buscadores, interpretar os valores das iconas, identificar webs enganosas ou identidades falsas, determinar a autoría dos textos, analizar a fiabilidade, credibilidade e actualidade do contido… Ler neste novo entorno comunicacional, como sinala Cassany, non é só comprender as liñas ou o que hai detrás (como sucede no analóxico), senón tamén navegar, atopar, e avaliar un avultado número de textos (o que require de moito tempo e paciencia) para, finalmente, enfrontarse, se hai sorte, coa información procurada nun sitio electrónico que consideramos crible, fiable e competente. En definitiva, ler neste novo entorno require lectores mellor formados e máis críticos, o que supón un reto complexísimo de alfabetización e formación electrónica para os actuais sistemas educativos”

Se dedica mucho dinero al acceso, a la dotación de hardware y software, a la “alfabetización tecnológica” y muy poco a la formación crítica de las personas para su desarrollo personal y social. ¿Qué significa que haya un ordenador por cada dos niños si no se sabe el para qué, porqué y cómo de los mismos? o citando de nuevo a Bragado:

“De moi pouco servirían os custosos investimentos de conectar todas as escolas e os fogares do país á Rede, se logo os escolares ou os cidadáns non saben atopar os vieiros para orientarse nesa selva tan espesa”.

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